Saludos de nuevo entusiastas, y feliz año nuevo a tod@s con salud y buenas rutas, comenzamos un año nuevo, disfrutando del buen tiempo, aunque con la precaución de las heladas y las curvas sombrías en la mañana. Nos preparamos con el equipo de protección y las bajas temperaturas, para iniciar una ruta, un tanto peculiar y olvidadas, por esas carreteras sin arcén, bacheadas por al tiempo y que si te pasas de velocidad, te comes un olivo, pues la misión, era disfrutar de su silencio, de la soledad de sus lugares y con el temple y calma de un caballero.
Carreteras y puertos de grandes pinares, poco tráfico y alejadas de la enredosas autovías, pasamos por bellos pueblos, como Aldea del Fresno, Villamanta, Villamantilla, entre otros, para rodar por los alrededores de la población de Villa del Prado, con su gran iglesia estilo gótico, del apóstol Santiago y de gran interés cultural, una bonita plaza y bella población en general. Para saber más de este pueblo y alrededores, nos acercamos a la oficina de turismo, donde nos contaron algunas historias y carreteras perdidas, en las cuales, había alguna leyenda, y encerraban algunos misterios de otras épocas. Iniciamos un recorrido por ese asfalto solitario y algo peligroso, para llegar a los regadíos del río Alberche, limitado por la comunidad de Madrid y comenzando la provincia de Toledo, poblados donde en otros tiempos, hubo mucha actividad y movimiento agrícola.
Uno de sus puntos de referencia y tocando el misterio, la zona del Alamín, poblados que fueron creado por el marqués de Comillas, en el año 1957, y donde había un gran movimiento de trabajadores, quedando despoblado y vendido en parcelas en 1996, donde además, se le atribuyen leyendas urbanas y paranormales, teniendo un peculiar atractivo para los aficionados a la investigación sobrenatural.
Continuamos entre viñas y grandes invernaderos, hacia carreteras más seguras, y siempre en las carreteras nacionales o comarcales, debemos de extremar mucho la atención, al margen de otros factores, por el tráfico en sentido contrario, y menos visibilidad.
Retornamos la ruta, por bellos paisajes y poblaciones, como San Martín de Valdeiglesias, Navas del Rey entre otros, disfrutando de la jornada en moto, con la suerte de la corneja a la diestra, el valor del Campeador, sobre nuestro Babieca de metal y con la alocada pasión del Quijote.
Agradecer la atención a las personas que con su amabilidad y comentarios, nos facilitan parte de la desconocida aventura.
Volveremos con.......esas mágicas rutas, pues cualquier aventura, encierra un misterio o una emoción, por descubrir.
Enlaces de interés;
https://elcaminodeunacamara.blogspot.com/2013/12/el-alamin.html?fbclid=IwAR3LkvGhGMY5GCGQYnsmiQg9h2eLW-KlQ24NEgW-Ps_20GciyjPwr0FFFZ4
https://www.villadelprado.es/
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