Saludos de nuevo, salimos al asfalto y nos acercamos a visitar, una comarca interesante, el buen tiempo nos acompaña y las altas temperaturas de julio, iban en aumento. Rodando por la autovía N-5 y buscando las carreteras nacionales, vamos en dirección a la población de Arroyomolinos de Madrid, pasamos por ella y continuamos hacia Griñón, bonita villa, para continuar en dirección a la zona y pueblos de la Sagra, en Toledo. Buenas y tranquilas carreteras, bordeando las tierras madrileñas por el sur hacia el este, para meternos en la Mancha. Nuestra primera visita ya anotada en nuestro bloc, es conocer el bar de la Bruja motera, en Casarrubuelos, donde ya estabamos en tierras del Quijote, bonito bar de encuentro por los moteros de la población y entorno, buena atención y lleno de recuerdos y detalles de este mundo de las dos ruedas, aconsejable visita y parada, para tomar o comer algo en las rutas, les regalamos unos recuerdos de Jaraiz de la Vera, invitándoles a rodar por nuestra comarca verata.
Seguimos sorteando buenas curvas y rectas manchegas, para pasar por esos pueblos de grandes plazas mayores, altas torres en sus iglesias y casi todas, del estilo mudéjar. Otra parada que teníamos prevista, era ver el gran arco de Ugena, aunque pasamos por Ugena, el arco está en la entrada por la población de Illescas, también mucho que ver. El arco o puerta de Ugena, es una de las cinco puertas con las que contaban las murallas que rodeaban la villa en la Edad Media.
Se cree que fue construida a finales del siglo XI o principios del XII por mandato del rey Alfonso VI, rey que recuperó la villa para la cristiandad en 1.083, confirmándola con el nombre de Illescas, es digno de disfrutar de su buena estampa. Después de esas interesantes paradas, pasamos por pueblos, como Yuncos, Limonchar, Yuncler, La Reca, etc...ya metidos en el corazón de la comarca, comarca con una buena representación de bodegas, de buen vino, cereales e incluso, con canteras de cuarzo y magnesita. Poblaciones como Numancia de la Sagra o Pantoja lineales y típicas de la Mancha, y en un cerro, la población de Alameda de la Sagra, dominando la zona, nos llamó la atención en su entrada, un enorme edificio derruido, que nos comentaron que en otros tiempos, que era una importante y gran harinera, pero como muchos lugares y fábricas, ya están fuera de uso y se van sumando a esas sensaciones de la España despoblada.
Agradecer la atención recibida por los paisanos, invitaros a rodar en moto, por La Sagra y disfrutar de su gastronomía e historia y por un turismo, que desde nuestra riqueza, cree esperanzas en lo posible, en muchas de esa despoblación, donde se siente calidad de vida.
Volveremos.....para descubrir y aprender, un poquito de la peculiar historia de cada lugar.
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